domingo, 28 de abril de 2013

Otra carta de Frank Jorge Elías

1. Contraje matrimonio con la señora Kurdas hace 32 años y procreamos 4 hijos. A pesar de lo que se pueda inferir de los últimos acontecimientos, hemos sido razonablemente felices.

2. La señora Sandra Kurdas salió de la República Dominicana en febrero del año 2012 para dedicarse al cuidado de su padre en la ciudad de Bradenton, Florida y el único contacto que tuve con ella fue unos meses después cuando junto con nuestra hija pasamos unos días en Miami, donde me comunico su deseo de someterse a unas intervenciones de carácter plástico, a lo que accedí y cuyos costos asumí. En ese entonces acordamos que se mantendría en los Estados Unidos un tiempo más ya que su padre la necesitaba.
3. En fecha 11 de septiembre del 2012, recibí sorpresivamente una demanda de divorcio en la República Dominicana, interpuesta en mi contra por la señora Kurdas.
4. Desde que mi esposa abandonó el país y hasta la fecha me he mantenido sufragando sus gastos en la Ciudad de Bradenton, incluyendo sus gastos de viajes y por otros conceptos conexos.
5. Desde su partida a la Ciudad de Bradenton y con mayor intensidad después de la demanda de divorcio del 11 de septiembre del 2012, mi esposa Sandra Kurdas me ha manifestado que no se reintegrará al hogar y que tiene interés en que le otorgue por concepto de la disolución de la comunidad matrimonial una suma exorbitante de dinero, a lo cual me he opuesto, en primer lugar porque carezco de un patrimonio de esa magnitud y porque tampoco se ha fomentado durante el matrimonio un patrimonio de tal envergadura.
6. Cuando al final de la tarde del miércoles 24 de abril empecé a recibir llamadas telefónicas de amigos y familiares que me alertaron sobre la campaña de descrédito que presumiblemente había puesto en marcha mi esposa en mi contra, mi primera reacción fue preguntarme, ¿Cómo era posible que una mujer con la que no he tenido contacto físico en más de un (1) año pudiera alegar con algún grado de credibilidad que yo era el autor del golpe en el ojo izquierdo que aparece en las fotos que circulan ahora en las redes sociales?
Si he sido, supuestamente, el autor de semejante vejamen ¿cómo es posible que la señora Kurdas no procediera hace un (1) año a realizar las denuncias por ante las autoridades correspondientes de manera que las mismas pudieran constatar la realidad de las alegadas agresiones y se tomaran en mi contra las medidas legales correspondientes? Más aun, que fuéramos de viaje juntos a La Florida en compañía de nuestra hija Priscilla y compartiéramos armoniosa y conyugalmente durante ese lapso de tiempo en Miami.
Los primeros meses después de su partida, mantuvimos una comunicación armoniosa y fluida casi a diario en donde me manifestaba sus ansias por volver al hogar.
7. Las anteriores inconsistencias tienen su explicación. Soy víctima de un chantaje por cuatro motivos principales:

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